Durante el desarrollo del experto en terapias contextuales, los alumnos tendrán la ocasión de aprender sobre un recurso terapéutico que está integrado, de una forma u otra, en la filosofía y praxis de estas psicoterapias. Por supuesto, nos referimos a mindfulness. Sin embargo, en los últimos años y sobre todo tras el ascenso súbito que ha experimentado recientemente, el significado de mindfulness se ha desdibujado bastante, dando lugar a que se confunda con el término meditación, y para aclarar este embrollo, debemos arrojar un poco de luz sobre su origen.
Mindfulness es la traducción al inglés de una antigua palabra del idioma pali. La palabra original es sati, y hasta la incursión del anglicismo mindfulness en nuestro idioma, sati se traducía como la recta atención. Así, sati es un término que hace alusión a cómo debemos prestar atención de manera correcta, esto es, de manera sostenida, ausente de conceptos, momento a momento. Asimismo, sati también hace referencia a algo muy importante: recordar devolver la atención a aquello en que estábamos concentrados antes de que la mente se fuera a otra parte. Así, sati es un proceso metaatencional, porque implica prestar atención a la propia atención; ser conscientes de si estamos atendiendo o no a la estimulación que hemos elegido para practicar (p. ej. La respiración), y si no es así, darnos cuenta de ello y acordarnos regresar la atención al ejercicio. Esto es sati, esto es mindfulness, sencillamente.
La confusión de sati con la meditación, se debe, quizá, a que no se ha sabido aclarar el hecho de que todas las tradiciones budistas, como la theravada, la dzogchen o la zen, entrenan sati cuando sus practicantes meditan. Es decir, sati es lo que se cultivadurante la meditación. Por eso es un error hablar de meditación mindfulness, como si mindfulness fuese un estilo de meditación, siendo lo más correcto referirnos a meditación basada en mindfulness.
Por otra parte, es importante tener presente que sati es uno de los componentes del Noble Óctuple Sendero. ¿Y qué es esto? Es el camino que Siddharta Gautama, el buda histórico, propuso para la liberación del sufrimiento (entendiendo por sufrimiento todo aquello que nos causa algún tipo de molestia, y que es diferente al dolor físico o psicológico). De esta manera, sati es únicamente uno de los ocho componentes de este Noble Sendero. Lo que ha sucedido en la psicología occidental es que hemos extraído el componente sati de este contexto, procurando usarlo desde una perspectiva laica. Y sí, no debería existir ningún problema en usar sati fuera de su medio natural, el Óctuple Sendero, porque como hemos visto, únicamente es la manera correcta de prestar atención, sin implicar nada más. Sin embargo, sucede que hemos de tener presente que sati, por sí mismo, no es suficiente para liberarnos del sufrimiento (algo que, de hecho, es el objetivo de la psicología científica, ¿no?), por lo que necesariamente tiene una eficacia limitada. Es decir, para que sati funcione con toda su potencialidad, debe hacer sinergia con el resto de componentes del Óctuple Sendero (o una versión occidentalizada del mismo).
Realmente, no tenemos que irnos muy lejos, culturalmente, para encontrar este posible enfoque occidental del camino budista. En occidente tenemos la filosofía estoica. Si leemos a Séneca, Marco Aurelio o Epicteto, estaremos impregnándonos de esta filosofía basada en la aceptación y la ecuanimidad que transmite el Óctuple Sendero. Es más, si observamos el modelo Hexaflex, nos daremos cuenta de que podemos dividirlo en dos grandes ejes funcionales, el eje mindfulness (Aceptación, Defusión, Contacto con el Presente y Yo-Contexto) y el eje activo (Contacto con el Presente, Yo-Contexto, Valores y Compromiso con la Acción). Al hacer esto, ¿nos damos cuenta de que hemos integrado sati dentro de una filosofía de vida basada en los valores? Así, sati se ha integrado, al menos en el caso de la Terapia de Aceptación y Compromiso, dentro de un contexto más amplio, y es quizá por esto que las investigaciones indican que ACT es más eficaz que las intervenciones basadas en mindfulness, como la Reducción de Estrés Basada en Mindfulness (MBSR) o la Terapia Cognitiva Basada en Mindfulness (MBCT). Teniendo presente todo lo que hemos expuesto, parece lógico. Y quizá también, por este mismo hecho, estamos siendo testigos de una evolución de las intervenciones basadas en mindfulness en la que ha hecho aparición la compasión y el desarrollo de una vida plena basada en valores, al estilo de ACT.
Isaac Carmona, Doctorando en Psicología y Director de Kindful · Psicología y Mindfulness
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Es profesor del curso de MSC de Ítaca Formación
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