Por José Olid

En una de las clases que tuvimos el diciembre pasado en la formación online en Psicoterapia Analítica Funcional (a la que puedes acceder en cualquier momento), organizada por terapiascontextuales.com, reflexionamos sobre nuestras reacciones emocionales condicionadas como persona-terapeuta en consulta, y dimos algunas sugerencias de actuación.

Antes de nada, hablamos sobre los diferentes momentos en que podemos notar la manera en que nos sentimos:

  • Antes de consulta. Notamos como estamos tranquilos o quizás nerviosos, pensando en la siguiente sesión que tenemos. Pudiera ser que no nos apetezca, o que dudemos de nuestra labor. También, podemos sentir temor, aunque también alegría al valorar el avance de la persona a la que vamos a atender.
  • Durante la consulta. Delante de la persona podemos sentirnos nerviosos, pensando que es posible que no estemos haciendo bien nuestro trabajo. También podemos sentirnos enojados con la persona, porque no se comporta como nos gustaría. Por supuesto, también podemos experimentar alegría y estar realmente satisfechos del trabajo que estamos consiguiendo.
  • Después de la consulta. No es raro que, una vez la persona ha abandonado el espacio terapéutico, nos preguntemos si hemos hecho todo lo que hemos podido, y tampoco sería raro que a veces sintamos algo de culpa y pensamientos relacionados

En la clase, comentamos la manera en que cada uno puede sentir o pensar en función de su propia historia de aprendizaje como persona-terapeuta, de manera que no es algo aberrante o extraño ningún contenido per se.

Sin embargo, esto no significa que estemos a merced de lo que sentimos; hay algo que podemos hacer al respecto, para lo cual sugerimos realizarnos las siguientes preguntas:

  1. ¿Qué experimentas exactamente? Ponerle nombre, sea el que sea, nos ayuda a lidiar con ello.
  2. ¿En qué momentos ante qué eventos? ¿Te ocurre con todas las personas? Esto nos ayuda a discriminar conjuntos estimulares que disparan nuestras reacciones.
  3. ¿En qué otros momentos de tu experiencia pasada o presente reaccionas de manera similar? Aquí, podemos ver cómo fue otras veces.
  4. ¿Qué sentido tiene reaccionar así en tu historia, para ti? Quizás no sea algo extraño ni ilegítimo, quizás esté ligado a momentos importantes en tu vida.
  5. ¿Se lo has contado a alguien? En caso negativo, ¿por qué no? Quizás descubras que te da vergüenza, o es posible que esto te indique que no te sientes suficientemente cómodo como para abrirte.
  6. ¿Qué otros recursos tienes? Esto te ayudará a poner el foco en opciones de solución, a modo de lluvia de ideas.
  7. ¿Puede ser terapéutico para la persona expresarle la manera en que te sientes? Por último, quizás no sea descabellado hablar de cómo te sientes y de lo que piensas en momentos antes, durante y después de la terapia con la persona que precisamente evoca estas reacciones.

Los compañeros que participaron en la clase pudieron a su vez dar sus sugerencias y contar sus experiencias.