La atención en la Neuropsicología
Aunque pueda resultar extraño, el concepto de atención en neuropsicología se ha introducido de una manera relativamente reciente a partir de una serie de observaciones clínicas en las que los trastornos conductuales consecuencia de lesiones cerebrales sugerían la existencia de un mecanismo neuronal que se encontraba en la base de los fenómenos atencionales.
No obstante, puede parecer arriesgado sugerir que una función hasta este momento exclusivamente estudiada mediante los métodos y conceptos de la psicología experimental, pueda enfocarse desde un punto de vista anatómico como relacionada con el funcionamiento de estructuras nerviosas propias e individualizables.
¿Qué es la atención?
Pero ¿qué es la atención?. Esta cuestión básica no puede ser respondida de una forma certera y diáfana. Este proceso (para algunos autores la atención no es un proceso) no puede ser reducido a una simple definición, no puede ser asociado a una estructura anatómica y no puede ser evaluado con una simple prueba o test neuropsicológico.
La fenomenología de la atención es sumamente compleja y el uso de este término sugiere aspectos cualitativos y cuantitativos diferentes. Conceptos como percepción del estímulo, dirección, selectividad, alternancia y velocidad de procesamiento aparecen reflejados en la terminología neuropsicológica cuando se refieren a la atención.
Así, los investigadores en este campo han puesto especial énfasis o han obviado algunos de estos elementos en función de la relevancia de los mismos para afianzar sus propios modelos conceptuales.
Una metáfora
Una buena metáfora para comprender que es la atención puede ser el sistema de iluminación de un teatro. La iluminación es selectiva y tiene cierta intensidad y aquello que esta fuera del campo iluminado es ignorado, la iluminación hace posible la selección de un estímulo en sus diferentes niveles: perceptual, cognitivo y de representación motora.
Las diferentes teorías de la atención especifican como los movimientos y la intensidad de la iluminación son regulados y sostenidos.
La atención como proceso cognitivo
En un primer término se puede considerar la atención como una función o proceso cognitivo cuya finalidad es la selección de, entre la multitud de estímulos sensoriales que llegan simultáneamente y de manera incesante al cerebro, aquellos que son útiles y pertinentes para llevar a cabo una actividad motora o un proceso mental.
La atención, desde este punto de vista, parece una propiedad supramodal del cerebro. Así considerada, la atención se situaría en la intersección de otros conceptos como la vigilancia, la concentración, la motivación, la orientación y la exploración, y sus fronteras con otros conceptos como alerta y conciencia no siempre estaría definida de una forma nítida.
Sin embargo, los estudios experimentales y clínicos justifican la necesidad de un concepto unitario para acercarnos a este concepto y a reflexionar sobre sus alteraciones y su caracterización.
Javier Tirapu
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